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viernes, 15 de abril de 2011

Mujeres guapas y hombres interesantes

Cuando piensas en un presentador (o dos, igual da) ¿quiénes te vienen a la cabeza? Seguramente, me arriesgaré a decir, que en los primeros que piensas son Matías Prats o Hilario Pino. Y, ahora, piensa en presentadoras del telediario. Posiblemente te habrá venido a la cabeza una joven del estilo de Sara Carbonero o una tal Marta Fernández.
            Quizás no te hayas dado cuenta, pero algo muy común en los informativos de televisión, es recurrir al prototipo de “presentadoras guapas” y “presentadores maduros”. ¿Por qué? Porque es lo que vende. En la sociedad de hoy en día a las mujeres se les exige tener cuerpos esbeltos y estar eternamente guapas. Sin embargo, a los hombres se les pide ser “maduritos interesantes” cuando, con cierta edad, empiezan a vislumbrarse en su pelo las primeras canas. ¿Todavía no lo ves claro? Pongamos un ejemplo.

Estos son los rostros de los informativos más vistos, de la cadena Antena 3. Fíjate en las mujeres: jóvenes esbeltas, con taconazos, pelo perfecto (sin canas, por supuesto), elegantemente vestidas con un toque moderno, y maquilladas. Y los hombres: con traje clásico, corbata (lo más jóvenes se permiten prescindir de ésta), algunos empiezan a verse las primeras canas…  ¿No te sientes identificada o identificado? Pues claro que no, porque esto es lo que nos pide la sociedad, pero no es esa la realidad que vivimos.
En nuestra sociedad existen grandes grupos, muy bien diferenciados: los guapos y los feos, los delgados y los gordos… eso es todo, y con eso se nos define hoy en día. Realmente creo, que lo que le falta a nuestra sociedad son valores morales. Las desigualdades en nuestra estructura social no son producto de la economía, sino de la falta de valores y de moral en la sociedad. ¡Qué más dará las canas en la mujer! Igualmente se le podrá considerar bella. O un hombre con unos quilos de más al estilo de Florentino Fernández. Vendamos el carisma de una persona y no su físico.
Igualmente ocurre en la publicidad (como no, me desvío hacia mi campo). ¿Os viene a la memoria algún anuncio de cremas reafirmantes o antiarrugas (anterior a la campaña de Dove) en la que la mujer que aparecía en el anuncio, realmente necesitase esa crema? No, porque nadie va a comprar una crema publicitada por una mujer con celulítis o con arrugas, ¿no?
Y ahora, recordemos la campaña publicitaria de cremas anticelulíticos reafirmantes Dove:

En este anuncio para televisión se habla de “mujeres reales”, con el eslogan “por la belleza real”, mujeres con curvas, con algo más que huesos en el cuerpo.  Gracias a Dios, parece que poco a poco la sociedad se va dando cuenta de que lo que se anuncia no es real, poco a poco nos vamos acercando a prototipos de mujer más reales, que se pueden alcanzar. Con campañas como ésta, me alegra decir a todas las mujeres, que poco a poco se nos podrá empezar a valorar por algo más que por un conseguir tener un físico, que para mi gusto, resulta algo enfermizo (del estilo de Gisele Bundchen o Adriadne Artiles).

Eva Fabregat Segarra